miércoles, 29 de agosto de 2012

La Risoterapia


Hace poco leí en un periódico local que Colombia era el segundo país más feliz del mundo. Esa noticia me dejo un poco sorprendido puesto que es sabido que nuestro país posee múltiples problemas de orden público y social, sin mencionar la enorme cantidad de ciudadanos que viven por debajo del límite de pobreza. Por eso me reí a carcajadas cuando advertí una caricatura de Matador en donde un indigente se arropaba con este titular deL periódico. Claramente la metáfora era muy graciosa, ¿como un país como Colombia podía ser el segundo más feliz del mundo con tanto sufrimiento a sus espaldas? 

Y es que en un mundo tan bullicioso y frenético como el actual y tan inmediato y ermitaño hace que aspectos tan básicos como el buen humor no sean tan comunes y resulten muy difíciles de asemejar. Las enfermedades suelen acentuarse con el estado de animo que tengamos, por eso se dice que el stress es la enfermedad del siglo XXI. Es un simple reflejo de lo saturado que tenemos la mente.

Estudios científicos demuestran que la felicidad, y más concretamente, la risa, son muy beneficiosos para la salud física y mental de una persona ya que actúa como analgésico, además de provocar relajación en el sistema muscular y acentué la producción de endorfinas, reduciendo procesos inflamatorios y dolorosos. Libera las energías negativas y nos fortalece contra la depresión y el estrés, que tan comunes son en estos días. 

Son tantos los beneficios de la risa que hasta es utilizada como una terapia para pacientes con enfermedades terminales o cuyos tratamientos son muy dolorosos y tortuosos. Se llama la risoterapia que según el sitio web risoterapia.es la “terapia destinada a mejorar el estado físico y psicológico a través de la risa”. 

Diferentes corrientes filosóficas conocen desde hace siglos la importancia de la risa y el sentido del humor y lo promueven de manera práctica.

Hace más de 4000 años en el antiguo imperio chino, había unos templos donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud. En la India también se encuentran templos sagrados donde se puede practicar la risa.

En culturas ancestrales de tipo tribal, existía la figura del "doctor payaso" o "payaso sagrado", un hechicero vestido y maquillado que ejecutaba el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos.

Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, algo que ha sido científicamente demostrado al descubrir que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír. 

En los años 70, un doctor californiano aplicó la alegría y el buen humor como apoyo en la recuperación y tratamiento de enfermedades, obteniendo beneficiosos resultados. A partir de entonces se comenzó a utilizar la técnica de la terapia de la risa en hospitales de EEUU, Suiza, Alemania y Francia.

La risoterapia trae muchos beneficios entre los que podemos destacar:


Beneficios físicos
 Reír ayuda a reducir las toxinas del cuerpo, cuida órganos como el hígado, el bazo y el páncreas; favorece la digestión, ya que al aumentar las contracciones del diafragma se produce un masaje interno que mejora el proceso de los alimentos. Cuando reímos, los glóbulos oculares se humedecen, limpiando los ojos a través de las lágrimas; aumenta la oxigenación del organismo, triplicando las respiraciones y transportando mayor aire a los pulmones.


Beneficios emocionales

Nos hace vivir el momento, nos ayuda a resolver los problemas con calma, nos ayuda a ser optimistas, disminuyendo nuestra tendencia a la crítica destructiva. Al reír fortalecemos nuestra autoestima y mejoramos nuestras relaciones, pues es un excelente medio de comunicación que rompe con barreras como el enojo.

Entonces, después de leer este articulo, usted deberá estar más que convencido sobre lo importante que es la risa como forma de terapia, y comprenderá, al igual que yo, el porque a pesar de tantos problemas que nos agobian a los colombianos siempre tenemos el chiste para algo. Es una terapia.

viernes, 24 de agosto de 2012

El Trastorno Bipolar.





Hace poco discutía animadamente con un grupo de amigos sobre temas de la actualidad nacional. Mi punto de vista difería claramente de mis interlocutores y al escuchar una respuesta un tanto venida de la ignorancia tuve una reacción salida de casillas que tomo a todos por sorpresa. Afanosamente uno de mis amigos me sentencio: “Eres un bipolar”. Sorprendido me calle al instante mientras mis compañeros reían y a partir de ese momento tome una actitud mas perceptiva en lo que quedaba de charla. Lo hice porque realmente no comprendía porque mi amigo me había lanzado esa expresión y de lo que significaba ello.

Al poco tiempo recordé que no era la primera vez que escuchaba esa palabra. “bipolar” es un termino usado mayoritariamente por jóvenes cuando una persona tiene reacciones fuertes o explosivas ante algún acontecimiento como me había sucedido a mi. Por no caer en el desconocimiento e ignorancia, me puse a la tarea de investigar sobre el tema y vaya que me lleve más de una sorpresa.

El trastorno bipolar es definido como: “una afección que implica períodos de estado de ánimo irritable o elevado, alternando con períodos de depresión. Las fluctuaciones en el estado de ánimo entre manía y depresión pueden ser muy abruptas. Científicamente hablando el trastorno bipolar se da por una alteración de las áreas de nuestro cerebro responsables de que nuestras emociones sean estables. La persona que sufre un trastorno bipolar ve como su estado de ánimo oscila a lo largo de su vida, de forma brusca y sin razón aparente, entre la desesperación, falta de energía, intensa tristeza, desinterés absoluto por el entorno y exceso de sueño –que es lo que conocemos como depresión- y otras etapas caracterizadas por la hiperactividad, la irritabilidad, el exceso de energía, pensamientos de grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir y –por ejemplo- gastos económicos excesivos y sin sentido –que la psiquiatría denomina “manía” o “hipomanía” según su intensidad. Claramente no me identificaba en estas definiciones puesto que aunque tenía cambios de estado de animo, estos se generaban por circunstancias normales de la vida y no de forma inexplicable, además que no veía afectado mi entorno por ello.

Leyendo e investigando más encontré que a lo largo de los tiempos grandes personajes de la historia universal habían sufrido este trastorno como Van Gogh o Pollock en la pintura y Herman Hesse, Virgina Wolf o Victor Hugo en la literatura. Mas cerca a nuestra historia nacional la exdirectora de la DIAN y cofundadora de la revista Dinero, Fanny Kertzman, celebre a finales de los 90s por andar en los sanandresitos con perros doverman sufre también de esta enfermedad.

La pagina en Internet “trastorno-bipolar.org” indica que en la depresión bipolar el paciente presenta “una gran pérdida de interés por cosas que habitualmente resultaban placenteras como, por ejemplo, pasear con la persona amada, dedicar tiempo a algún hobbie o comer un plato que antes era de su agrado. Si realiza estas actividades, no las disfruta”. En cambio en la fase de euforia o manía el paciente “tiende a interpretar todo lo que le sucede de un modo excesivamente positivo, es tremendamente optimista hacia el futuro, tiene una confianza exagerada en sí mismo y no valora las consecuencias negativas de su conducta”.

Actualmente no existe cura para el trastorno bipolar, pero puede ser controlado. El objetivo del tratamiento consiste en un control eficaz del curso de la enfermedad a largo plazo, lo cual puede suponer el tratamiento de los síntomas emergentes. Para lograrlo se emplean técnicas farmacológicas y psicológicas. El tratamiento farmacológico se basa en el uso de estabilizadores del estado de ánimo y de las técnicas psicológicas la única que ha demostrado ser eficaz es la psicoeducacion (que se refiere a la educación o información que se ofrece a las personas que sufren de un trastorno psicológico). La meta del tratamiento es evitar las crisis y minimizar o eliminar los síntomas sub-sindromáticos.

Si usted o algún miembro de su familia padece de alguno de estos síntomas, no dude en consultar a un especialista el cual le guiara en un correcto diagnostico y tratamiento. Por ahora, en mi caso, entendí claramente que no presentaba los síntomas de esta enfermedad como me lo había sentenciado mi amigo. Pero además ya tengo argumentos suficientes, para que la próxima vez que mi amigo me increpe con este término en forma de burla, pueda tener evidencias sólidas para demostrarle cual es la realidad de esta enfermedad.